La Hermandad de San Esteban celebra el próximo domingo 7 de enero a las 12,30 horas, Misa Solemne en honor a San Juan de Ribera, uno de los titulares de la Hermandad. La Misa estará oficiada por el Rvdo. P. D. Juan José Sauco Torres, párroco de San Bartolomé y San Esteban y director espiritual de la hermandad.
Arzobispo de Valencia y Patriarca de Antioquía, fue el alma de la restauración espiritual de la diócesis de Valencia al aplicar las directrices del Concilio de Trento.
Nació en Sevilla en 1532. Su padre Pedro Enríquez y Afán de Ribera y Portocarrero, duque de Alcalá y marqués de Tarifa, llegaría a ser virrey de Cataluña y Nápoles. Recibió la tonsura clerical el 23 de marzo de 1544 en la iglesia de San Esteban de Sevilla. Poco después pasó a Salamanca, donde cursó cánones, artes y teología, convirtiéndose en discípulo de Francisco de Vitoria y de otros teólogos que tuvieron un destacado papel en el Concilio de Trento. A propuesta del rey Felipe II el papa Pío IV lo nombró obispo de Badajoz, el 27 de mayo de 1562.
El papa San Pío V, en el consistorio del 30 de abril de 1568, le confirió el título de Patriarca de Antioquía, y dos meses después, a la edad de 36 años, lo promovió al arzobispado de Valencia.
San Juan de Ribera trabajó durante 42 años sin descanso en la diócesis de Valencia aplicando las reformas de Trento en su jurisdicción. No hubo aspecto de las estructuras diocesanas que no fuese objeto de su celo pastoral: Las atenciones al clero, presentándole, a través de sus cartas pastorales y de los Sínodos Diocesanos, la figura ideal del pastor. Manifestó su preocupación por elevar la enseñanza de la teología en la Universidad, necesitada de urgente e intensa reforma. La reforma de las órdenes religiosas, fundando durante su pontificado 33 conventos en la Diócesis.
La formación cristiana de los fieles, a los que frecuentemente les predicaba la Palabra de Dios, y que le llevó a recorrer once veces en Visita Pastoral la amplia geografía diocesana. A todos los medios recurrió para conseguir la conversión de los moriscos, sin poderlo lograr. Finalmente se resolvió el problema mediante el decreto del rey Felipe III, que los expulsaba del suelo español en 1609. Nombrado por el rey Felipe III virrey y capitán general de Valencia (1602-1604), supo llevar con gran acierto este cargo, reprimiendo el bandidaje y la corrupción. San Juan recorrió varias veces la diócesis y entre 1570 y 1610 llevó a cabo 2.715 visitas pastorales, y celebró siete sínodos.